¿Para ti qué significa el Año Nuevo?

(Diálogo ficcionado, inspirado en una plática que tuve con alguien a quien aprecio mucho).

—¿Para ti qué significa el Año Nuevo? —le pregunto a Alberto.

—Tal vez te parezca pesimista, pero para mí no significa nada —me responde mi amigo, con quien frecuentemente sostengo discusiones acaloradas sobre ciertas percepciones de la vida en las que claramente diferimos.

—¿Lo dices en serio? —Me sorprende su posición tan tajante. Su ánimo desentona con la emoción que yo manifiesto por la fecha en cuestión.

—Es que, si lo piensas, ¿qué va a cambiar solo porque hoy es 2023 y mañana 2024? La gente dice: “Este año será mejor”. ¿Pero si hoy, 2023, estabas mal, mañana por ser 2024 ya mágicamente se acaban tus problemas? —reflexiona él, con tono irónico.

—Pues… no —le digo, porque entiendo a qué se refiere—, pero yo pienso que el foco de esta celebración no está puesto solo en la transición que tiene lugar a fin de año, sino también en el carácter cíclico de la misma, y en el poder simbólico que le atribuimos. Ponte a pensar… ¿por qué muchas de las metas que te has propuesto las comienzas en lunes? Porque es el primer día de la semana, ¿no? 

”Si aplicamos tu lógica a este ejemplo, podríamos decir que no tiene sentido comenzar algo en lunes solo porque es lunes, dado que es un día cualquiera. Sin embargo, para la mayoría de las culturas, el lunes es el inicio de la semana, y muchas personas esperan que la rueda semanal dé vuelta hasta posicionarse nuevamente en ese día específico, para comenzar algo: su plan alimenticio o su rutina de ejercicio, por ejemplo. Tú mismo me has dicho que no te gusta comenzar a hacer ejercicio los miércoles o jueves, porque sientes que tu rutina queda incompleta. Lo mismo pasa con el inicio de año; la gente lo celebra porque es una nueva oportunidad para reiniciar los planes, los objetivos, las metas. El año nuevo significa la posibilidad de terminar lo que dejaste incompleto el año anterior, o para tomar vuelo y proponerte cumplir lo que no tuviste el valor de hacer antes. Para la gente no es solo una noche, son 365 (o 366) posibilidades para hacer las cosas mejor esta vez.

—Eso lo entiendo, aunque no lo comparta. Los humanos amamos los ciclos, los nuevos comienzos, aunque a medio año tiremos todo por la borda, pero, por ejemplo, para la gente que tiene problemas fuertes, un familiar en la cárcel o enfermo de gravedad; para la gente que no puede acceder siquiera a tener una cena de Año Nuevo; para la gente sin trabajo; para quien transita por una depresión severa; para los migrantes que no pueden pasar estas fechas con su familia porque dejaron todo lo que tenían por un sueño que sabe más a pesadilla, ¿de veras crees que exista la posibilidad y el ánimo de comenzar algo con la ilusión que tú profesas?

—No lo sé, habría que preguntarle a ellos —le digo con franqueza—. No voy a pretender que conozco ni que comprendo los sentimientos de quien enfrenta situaciones dolorosas. No sé cómo se siente cada persona con respecto al comienzo de un nuevo año, pero lo que sí puedo decirte es que, para mí, la llegada del 2024 significa que la rueda ha dado vuelta otra vez, y desde los confines del universo o lo más alto del cielo —según lo que uno crea—, se me ha dado la posibilidad de asomarme a más de 300 nuevas promesas. Sé que no tengo poder ni certeza sobre el futuro, y que la suerte suele tener más que ver con los privilegios, pero el ciclo va a comenzar de nuevo, y la esperanza es una tela que, para muchos, hoy vuelve a estar limpia y zurcida. Quizá se trate de un autoengaño o una mentira que nos decimos para aligerar nuestras cargas, pero es una forma de ver la vida, y es lo que nos permite seguir confiando en que las cosas pueden mejorar. 

Después de esta plática, nos quedamos sacando conclusiones, y coincidimos en que tener esperanza es el modo de supervivencia de los humanos. No tiene nada de malo creer que algo puede pasar, sin embargo, a veces las condiciones son tan precarias que no hay posibilidad para forjar el sueño siquiera. 

En ese caso, a cada uno, en la medida de lo posible, nos toca apoyar para que las circunstancias de alguien más mejoren. No hablo de solucionar los problemas de otros, pero una sola acción puede cambiar el día de una persona. Mi maestra de inglés tiene esta filosofía de vida en la que cada día ofrece una nueva oportunidad para realizar un acto de bondad hacia alguien, sea cercano o no; y creo que en un mundo lleno de soledad y sufrimiento, ser la sonrisa cálida, el saludo amable o el abrazo que reconforta no es nada más un regalo para el que recibe, sino también para el que da. 

Si el año nuevo para muchos tiene un valor equiparable al de cualquier otro día, entonces hagamos de este año la promesa constante de mirar hacia afuera y encontrar la manera de apoyar a quienes lo necesitan. Al final, es una decisión propia. Si eliges no hacer nada, no le harás daño a nadie, pero si decides hacer algo diferente para ti y para otros este 2024, quizá generes una cadena que, en última instancia, cambie la vida de alguien.

A ti que llegaste hasta el final de mi texto, te deseo un 2024 lleno de salud, amor y esperanza, para que construyas, día a día, el año que visualizaste para ti y los que amas. 

Y para ti, ¿qué significa el Año Nuevo?