Sobre mí
Dicen mis papás que una de las primeras frases que dije cuando aprendí a hablar fue «la palabra«. Tal vez ya entonces sabía que esa unidad de expresión iba a ser mi faro en el océano vasto y a veces oscuro de las emociones y experiencias humanas. Desde que tengo uso de memoria, cuando no soy capaz de decir algo en voz alta, lo escribo.
Escribo para calmar la marea que agita mis pensamientos; escribo para descifrar el lenguaje de mis sueños; escribo para entenderme e intentar comprender a otros, pero sobre todo, escribo para recordar: lo que pienso en un momento determinado de mi vida y lo que aprendo como resultado de mi conexión con otras personas.
Y, contrario a lo que podrías pensar, no escribo para ser recordada, sino para dejar evidencia de que los lazos humanos que establecemos con otras personas a lo largo de la vida son ese viento que nos impulsa a seguir navegando, y nos enseña a leer el cielo nocturno incluso cuando el brillo de las estrellas parece ausente.
Quiero contarte sobre mí, pero también sobre las personas que me han guiado e inspirado.